El reloj biológico

Las personas que se van a dormir tarde tienen más riesgo de sufrir diabetes tipo 2 o problemas cardiovasculares. En cambio, las que se levantan temprano y realizan actividades desde buena mañana utilizan mejor las fuentes de energía del cuerpo y estarían más a salvo.

Así lo dice un estudio de la Universidad Rutger de Nueva Jersey (Estados Unidos) que se ha publicado en “Experimental Physiology” y que establece que el reloj biológico de nuestro organismo, que controla los patrones del sueño y afecta a la mayoría de las funciones vitales, también altera la energía de nuestro cuerpo.

El objetivo de la investigación era confirmar si el cronotipo, que indica diferencias en el metabolismo y los niveles hormonales durante el ciclo circadiano de 24 horas, tendría también importancia en la sensibilidad a la insulina y en el uso de las reservas energéticas del organismo.

Con esta premisa, los autores del estudio seleccionaron a un total de 51 personas obesas con una media de edad de 55 años (la mayoría eran mujeres blancas de entre 54 y 55 años) y las clasificaron en dos grupos (madrugadores y tardíos), en función de su tendencia a dormir y de las actividades que hacían durante el día.

Durante una semana, los investigadores controlaron a estas 51 personas para evaluar su actividad física y el consumo de energía metabólica. En todos los casos, seguían una dieta controlada en calorías y nutrientes e hicieron ayuno durante la noche para minimizar el impacto de la dieta en los resultados. Midieron la masa corporal y su composición, así como la sensibilidad a la insulina, y tomaron muestras de aliento para medir el metabolismo de grasas e hidratos de carbono.

Reposo y ejercicio

Para medir la preferencia de combustible, se les evaluó en reposo y, después, los participantes del estudio se tuvieron que someter a dos series de 15 minutos de ejercicio físico moderado o de alta intensidad en una cinta de correr. La inclinación iba aumentando progresivamente y el ejercicio se paraba cuando la persona llegaba a su punto de agotamiento, que se consigue cuando las pulsaciones por minuto son iguales o más de 220 menos la edad del participante.

Según los resultados, las personas más madrugadoras utilizaban más las grasas como fuente de energía, estuvieran haciendo ejercicio o descansando, y también tenían más sensibilidad a la insulina. Por otro lado, las más nocturnas tenían más resistencia a la insulina, cosa que implicaba que requerían más niveles de esta hormona para bajar la concentración de glucosa a la sangre, y que tendían a utilizar más hidratos de carbono que grasas como energía. Como conclusión, estas últimas personas tenían más riesgo de sufrir diabetes tipo 2 o problemas cardiovasculares. Estos resultados eran independientes de la carga de trabajo, lo que significa, según los expertos, que se trata de alteraciones en el metabolismo provocadas por el cronotipo.

Ritmo circadiano

En este sentido, el autor principal del estudio y profesor adjunto de Metabolismo y Endocrinología de la Universidad Rutgers, Steven Malin, afirma que el ritmo circadiano de sueño y vigilia puede afectar la forma en que nuestro cuerpo utiliza la insulina, y esto se puede tener en cuenta en las exploraciones médicas: “Como el cronotipo parece tener impacto en nuestro metabolismo y en la acción de las hormonas, sugerimos que el cronotipo puede ser utilizado como un factor para predecir el riesgo de enfermedad de un individuo”.

La causa de este cambio en la preferencia metabólica entre personas madrugadoras y noctámbulas no se ha descubierto todavía, por lo que este estudio abre la puerta a nuevas investigaciones. Según Malin, “las diferencias en el metabolismo de las grasas entre los madrugadores y los noctámbulos muestran que el ritmo circadiano de nuestro cuerpo podría afectar la forma en que nuestros cuerpos usan la insulina. La capacidad de responder a la hormona insulina tiene implicaciones importantes para nuestra salud. Esta observación avanza en nuestra comprensión de como los ritmos circadianos de nuestro cuerpo afectan a nuestra salud”.

Madrugadores activos

“También hemos descubierto que los madrugadores son más activos físicamente y tienen niveles de condición física más altos que los noctámbulos, que son más sedentarios. Se necesita más investigación para examinar el vínculo entre el cronotipo, el ejercicio y la adaptación metabólica para identificar si hacer ejercicio más temprano durante el día tiene más beneficios para la salud”, remarca Malin.

Así, este estudio confirma una vez más que descansar bien es fundamental para tener una vida saludable, y dormir es clave para la salud del organismo.

Leave a reply